SADDLE⭐️
Tenía muchas ganas de conocerlo y, por fin, lo conseguí el día de nuestro Santo😇. Yo celebro los Santos casi como los cumpleaños; hay que celebrar todo en esta vida y más en este año 2020 tan difícil que nos ha tocado vivir. Hace 2 días que le han concedido la⭐️michelín y yo ya pensaba, sin conocerlo, que era el firme candidato. Comenzamos con todos los detalles. Como sabréis es el local que fue Jockey pero, tan cambiado, que ni lo reconozco. La fachada con las ventanas cada una con su bonito toldo ya invita a pensar que dentro se esconde algo elegante. Un pequeño mostrador de recepción y el ropero nada más entrar. Hacia la izquierda un saloncito de espera o también válido para tomar un café o una copa, que te sirven en la barra que está justo enfrente en un amplio pasillo de paso hacia el salón principal que es maravilloso. Este salón principal eran las cocheras que no utilizaba Jockey, es un salón ampliado y agrandado respecto a lo que había. La pared del fondo es acristalada y hace las veces de una especie de patio inglés meramente decorativo con una chimenea, muy elegante todo el interiorismo. También en este salón la pared de la izquierda es un cristal tras el que se cuece todo... ahí están las cocinas. El techo en esta zona es de cristal lo que le aporta muchísima luz natural. Todo el restaurante cuenta con filtros EPA que instalaron como novedad los primeros en Madrid. También en esta planta se encuentra un reservado grande, creo que acoge hasta 12 personas. Nosotros subimos a la planta de arriba a uno de los 6 reservados que tienen en esta segunda planta con diversas capacidades, desde 2 a 24 personas. no me suele gustar estar apartada del mundanal ruido y animación de un restaurante, pero aquí estuvimos muy a gusto porque además tiene ventana que estuvo abierta durante toda la cena (anti covid). La mesa es el lujo que está ya casi extinguido: mantel y servilleta de hilo, vajilla con filo dorado, todo muy acorde con el entorno. El servicio en sala es también de los que ya no quedan, con una maestría y experiencia sublimes. La oferta gastronómica consiste en 2 menús (de 120€ y de 300€) y también puedes elegir de la carta; esta incluye algunas referencias de caza, como el pichón y el pato, y toques de la cocina francesa. Nosotros cenamos a la carta. Traen de aperitivo un macarron relleno de foie de caza que es tan sutil que se aprecia perfectamente la mezcla de sabores de la frambuesa del macarron (sin saberlo) y del foie; también de aperitivo una mini croqueta de boletus y trufa delicadísima que se deshace en la boca. En este momento también aparece por ahí el carrito de donde sacan los rulos de mantequilla semi-salada, clara influencia francesa, y el pan de 3 tipos (semillas, blanco y de pasas) con nuestro oro líquido: el AOVE. Tercer y último aperitivo: Caldo de ave, royal de foie, trufa y mini profiteroles, este caldito fue lo que menos me gustó de toda la cena, tenía un sabor extraño, no a caldo tradicional. Ya empezamos con la cena propiamente dicha: Tartar de gambas de Garrucha delicioso, con una presentación magnífica; todos los platos destacan por su emplatado delicado. Foie gras entier, zanahoria cítrica y brioche de Nantes, todo tan redondo y tan logrado, el cítrico de la zanahoria, el brioche que me enloquece, muy top. Lasaña de boletus, houevo poché y trufa rallada; es un auténtico platazo, ¡SIDERAL!, cuando vuelva repetiré; Steak tartare preparado de la manera tradicional, con el hielo para emulsionar bien, y todos los pasos e ingredientes que me gustan, ¡delicioso! en su justo punto de picante. Rodaballo con salsa bilbaína emulsionada, siemplemente ¡estratosférico! al igual que el pato azulón, sauternes, manzana y späetzle, además este plato viene con una riquísima guarnición en bandejita aparte a base de una tartaleta de sus muslitos y manzanas, y un bombón de foie todo ello ¡glorioso!; el emplatado viene con una cama formada por la pasta alemana (späetzle), el pato encima regado de su deliciosa salsa y unas gotitas de puré con flores... ¡precioso!. Pasamos a los postres y aquí es donde llega el gran protagonista: el carro de quesos, que nos recuerda una vez más a los⭐️Michelin franceses, donde jamás puede faltar. Grandísima variedad, el plato consiste en 6 trozos de queso y una mermelada de membrillo, riquísimo. También pedimos el Souffle grand Marnier, Vainilla de Madagascar y naranja que lo terminan en la mesa flambeándolo ahí con el alcochol, otro ritual muy de los restaurantes franceses o de los grandes que teníamos y cerraron. Tarta fina de manzana, láminas de manzana reineta y crema de vainilla que es SUBLIME, nada que ver con ninguna tarta tradicional, son unas obleas que van rellenas de la crema de vainilla y todo el conjunto es un bocado divino. Quizás eché de menos las gourmandise al finalizar los postres. Aquí terminó una cena memorable en una ubicación que me gustó rememorar también. En resumen: experiencia muy completa y muy recomendable. Muy merecida su estrella y todo tan cuidado que da gusto venir a sitios así de vez en cuando. Consiguen su afán de lograr la excelencia en la combinación de gastronomía, ambiente y servicio de sala. No cuenta con aparcacoches y los parking más cercanos están en la propia calle más atrás y otro en Fernando el Santo. Amador de los Ríos, 6.
9.5/10 €€€€/€€€€ https://www.saddle-madrid.com/ -IG- -IG-
Comentarios recientes
Me alegro que te haya gustado. Espero que la uses
Muy buena guía gastronomica!. Gracias.
Pues para no gustarte lo que escribo y parecerte basura, observo que bastantes post míos has leído.Mejor cómprate un blog donde opinar, en vez de opinar sobre otras opiniones ¿Siempre lo mismo?otra …
Si escribes un blog es para que la gente lo lea, y como dices que tambien puedo escribir el mío pues eso hago, opinar. Además leyendo sobre otros sitios que también escribes es siempre lo mismo…