20. nov., 2018

BEHIA

Restaurante que ocupa el local que fue de mi adorado “Príncipe de Viana” donde hacían la mejor menestra de Madrid que ahora he reemplazado por la de Nicolas en “Cañadio“. Es un local en dos plantas y nada tiene que ver con el antiguo. Han tirado muros y por supuesto redecorado por la arquitecta @lornadesantos con gran acierto. Está muy bonito y la planta de arriba conserva sus enormes ventanales dando al parque; también arriba cuenta con un cómodo reservado. La acústica deja mucho que desear y, a pesar de ser un martes y no estar lleno, no nos oíamos entre nosotros ¡ruidosísimo!  Vayamos a la mesa; las mesas en sí son bonitas como de troncos de árboles (parecidas a las de “Rubaiyat”) y el mantel de papel le da un toque informal y orginal; no me gustaron nada los platos que no pegan con el local y parecen de 2ª mano y tampoco la cubertería rayada y vieja para un sitio que acaban de inaugurar. Al sentarte, hay sobre la mesa unos platos que es el aperitivo que ofrecen (3€ cobran por el servicio de pan) que consiste en una especie de tejas con pipas; el pan, que en la carta dice que amasan y hornean ellos a diario, alguno de los trozos estaba crudo por dentro y pensamos que sería congelado. En cuanto a la comida pedimos para compartir un steak tartar rico y una ensaladilla normalita (las hay mucho mejores); como platos principales: unas setas y boletus con huevo frito que estaban correctas; una perdiz de campo estofada que estaba sequísima y con escasez de salsa y con unas patatas fritas que son de una calidad mediocre (a pesar de mencionar que son caseras, la verdad que no lo parecen); una merluza a la brasa que fue lo mejor de los platos principales; chipirones en su tinta muy grandes pero mediocres; un ceviche de corvina que estaba rico pero le faltaba cítrico; un entrecot de vaca vieja a la brasa que estaba durísimo y pasado de punto (siempre pido la carne muy poco hecha; que muja), no entendí este mal trato de la carne cuando se supone que es su producto estrella. No en vano cuentan con su ganadería propia en Toledo de vacas raza Limusin. Lo devolvi y me trajeron un solomillo que estaba muy bueno y ya en su punto pero con esas patatas que desmerecen; Convendria más que pusieran, aunque sólo sean 3, pero las patatas souflé que traen con el steak que las tienen más logradas. Como postres minestrone de mango y papaya que es un postre muy bueno y diferente, y la torrija de brioche que la estropean echándole algo de avellana. La carta de vinos es muy escueta y con una letra diminuta que los ojos de mediana edad casi no ven. Pedimos 3 botellas de un vino riquisimo. Una lástima porque nos ha decepcionado mucho la cocina. ¡Por cierto! Behia significa vaca en vasco. No dispone de aparcacoches pero se aparca con facilidad en la calle y si no el parking de Rafael Salgado 19 o en Castellana 150. Manuel de Falla, 5.

6/10  €/€€€€ (sin vino). https://www.restaurantebehia.com/ -IG-

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